jueves, 20 de diciembre de 2012

Novena al Niño Dios : Quinto Dia: Los Angeles


 

 
Quinto día: 20 de diciembre
Los ángeles
Saludo :

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 Oración para todos los días: 
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más sino encontrarte en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón  deseamos reconocerte en el niño que nace en Belén.
Prepara tú nuestros corazones  para que recibamos con alegría y compromiso  el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,  proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.                                                     
No cierres tus oídos a nuestra oración  para que meditando el misterio de la encarnación, sigamos más de cerca, con Espíritu de hijos, al crucificado que ha resucitado.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Oracion a la Virgen Maria :
Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma, y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Se reza tres veces el Avemaría).
Oracion a San Jose:
¡Oh Santísimo San José! Esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abraséis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
(Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria). 
Presentación del personaje del día:
En la actualidad mucha gente habla de los ángeles, pero los presenta como seres mágicos, celestiales, que son capaces por ellos mismos de dar el bien o el mal. La visión cristiana es diferente. Los ángeles aparecen en la Biblia como aquellos seres que llevan una buena noticia de Dios a los demás, comprometen a los destinatarios del mensaje y les van protegiendo de los peligros que les amenazan. Así, los ángeles aparecen ante los pastores y les anuncian a los más pobres el nacimiento de Jesús. Escuchemos el relato.
Lectura Bíblica (Lc 2,8-14):
.En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. [9].Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados.
 [10].Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. [11].Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. [12].Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
 [13].De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: [14].«Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.»
 Palabra del Señor.
Meditación:
En el lenguaje cotidiano, cuando a alguien se le compara con un ángel es porque ha hecho el bien a otro, y refleja en su vida el amor de Dios. Los ángeles van a anunciar a los más pobres la buena noticia del nacimiento de Jesús; son portadores de alegría y le muestran el camino a los demás para encontrar esta alegría. El coro celestial invita a glorificar a Dios con la paz, y esta no es una invitación particular para unos pocos, sino a todos los hombres porque el Señor les ama.
¿Soy portador de buenas noticias para los demás? ¿Creo y celebro verdaderamente la buena noticia del nacimiento de Jesús? ¿Soy constructor de la paz que glorifica al Señor?
Oración final y colocación de la figura del ángel en el pesebre.
Tú has enviado, Señor, tu ángel para que camine delante de nosotros,
protegiendo nuestros pasos y guiándonos hacia tus caminos;
te sirves de ellos para anunciarnos buenas noticias.
Enséñanos a ser buena noticia para los demás,
a hacer el bien sin ninguna restricción,
así construiremos la paz con nuestros hermanos
y haremos realidad el Reino de Dios entre nosotros.
Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
  (Gozos)
Dulce Jesús mío,
mi niño adorado,
¡ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Oh sapiencia suma
del Dios soberano,
que a infantil alcance
te rebajas sacro!
¡Oh Divino Niño,
ven para enseñarnos
la prudencia que hace
verdaderos sabios!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Oh, Adonaí potente
que, a Moisés hablando,
de Israel al pueblo
disteis los mandatos!
¡Ah! ven prontamente
para rescatarnos.
Y que un niño débil
muestre fuerte brazo!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Oh raíz sagrada
de José, que en lo alto
presentan al orbe
tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño
que has sido llamado
lirio de los valles
bella flor del campo!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Llave de David
que abre al desterrado
las cerradas puertas
del regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño,
con tu blanda mano,
de la cárcel triste
que labró el pecado!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Oh lumbre de Oriente
sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas
tu esplendor veamos!
¡Niño tan preciado,
dicha del cristiano,
luzca la sonrisa
de tus dulces labios!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Espejo sin mancha
Santo de los santos,
sin igual imagen
del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas,
salva al desterrado
y, en forma de Niño
da al mísero amparo!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Rey de las naciones,
Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo,
pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas
con suave cayado
ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Abranse los cielos
y llueva de lo alto
Bienhechor rocío,
como riego santo!
¡Ven hermoso Niño!
Ven Dios humanado
luce, hermosa estrella,
brota flor del campo.

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Ven que ya María
previene sus brazos
do su niño vean,
en tiempo cercano!
¡Ven, que ya José,
con anhelo sacro,
se dispone a hacerse
de tu amor sagrario!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Del débil auxilio
del doliente amparo,
consuelo del triste,
luz del desterrado!
¡Vida de mi vida,
mi dueño adorado,
mi constante amigo,
mi divino hermano!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

Véante mis ojos,
de ti enamorados!
Bese ya tus plantes,
bese ya tus manos!
Prosternado en tierra
te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases
te dice mi llanto!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

Ven, Salvador nuestro,
por quien suspiramos,
Ven a nuestras almas,
ven no tardes tanto!

Oracion al Niño Dios:
Acordaos ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! Que dijisteis a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Vos ¡Oh Jesús, que sois la misma verdad! Venimos a exponeros toda nuestra miseria.
Ayudadnos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concedednos, por los méritos de vuestra encarnación y de vuestra infancia, la gracia... de la cual necesitamos tanto (hacemos nuestra peticion personal).
Nos entregamos a Vos ¡Oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

Despedida:
Dios que nos envía a anunciar su redención a todos nuestros hermanos, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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